Dalia se fue a Guatemala, yo sigo en Estados Unidos, oficialmente somos unos ¡aventureros enamorados a la distancia! Y lo sé más porque justo antes de llegar a la frontera, Dalia estaba más que furiosa conmigo, pero justo antes de darse cuenta de que le iban a cobrar extra en su móvil fue la chica más dulce del planeta, es que la tengo loca, jajaja. Disfruto saber que ella es mía, me encantan sus caprichos, aunque a veces pueden ser enloquecedores al final ella sabe que la amo, que aunque no lo demuestre (para ella) en algunas situaciones lo hago en otras que hasta callada la dejo. Nos hace falta mucho por madurar, sé que toda esta distancia nos está formando el carácter y creando un lazo más fuerte, pero el proceso debo admitirlo, está siendo duro. No pienso renunciar en ningún momento, no puedo darme el lujo de abandonar la idea de vivir con el amor de mi vida, y ella debe ser sabedora que de mí no se deshará tan fácilmente. Siempre vivo para ella, siempre aunque esté ocupado mi mente vive recreándola. Mi mente y yo nos las ingeniamos para revivir cada perfecto momento que con ella he pasado, más cuando no puedo hablarle o ella está ocupada.
Lo nuestro no se trata de prioridades ni de demostraciones de amor, lo nuestro se trata de la mejor historia de amor jamás escrita, una historia verídica, real, genuina y valiosa. Amo a Dalia, a mi futura esposa, la amo demasiado.
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