viernes, 3 de julio de 2015

Día 18.

No cambiaría lo que tenemos por nada, literalmente. No importan las millas que nos separan, el dolor al recordar nuestros últimos segundos juntos, recordar que antes que cruzara la puerta yo lo estaba viendo y que cuando me volvió a ver ya había una barrera que impedía un último cruce de miradas. Prefiero ser excesivamente feliz viéndolo a través de una web cam a tener que estar a diario con una persona que no me llena el alma.
El único "uniforme" formal que tenemos.
Muchas personas pueden ver como una tontería que estemos juntos, pues la mayoría de personas son comunes, no creen que pueda haber lealtad, no saben que somos capaces de sentirnos respirar, no saben, no se lo pueden ni imaginar.

El tiempo esperando se siente como una eternidad, un día sin él puede convertirse en un año completo, lleno de cosas por contarle. Hoy en día me siento más reconfortada desde que me dijo lo que me dijo esta semana, soy plena con él.

Tratar de estar positivo en medio del dolor es excesivamente difícil, pero lo disfruto porque lo amo, amo que me ame, amo que nos amemos.

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