lunes, 29 de junio de 2015

Poenando

Eternos son los días sin su aroma,
eterna es la locura de besarle,
cubrir cada ángulo, cada nervio.

Inmensa es la falta que me hace,
sin ella nada me nace,
extraño sus labios, su carisma.

Extraño es despertar y no verla,
admirarla desde lo profundo de mi imaginación

perderme entre su mirada.

Mirada que sabe volverme loco,
quitarme hasta el último aliento con tan solo un parpadeo
es que, qué mirada para cautivar.

Tengo conmigo cada carta, cada foto
cada servilleta, incluso un diente que,
un día especial ella me regaló.

Viven a diario conmigo sus risas, llantos
sus sorpresas al llegar a casa
vive conmigo su esencia, ella misma.

Sé que soy su hogar, puedo sentirla
abriendo puertas, cocinando dentro mío
sé que ella para mí vive y dentro de mí habita.

Una persona realmente compleja es ella
desde sus hábitos alimenticios hasta
sus más presentes traumas y encantos.

Nada se le iguala, nada la supera
simplemente es ella, es toda una primavera
siempre mía, siempre bella.

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