martes, 30 de junio de 2015

Día 15 (Fernando)

Ayer en la noche no me sentía para nada bien, en definitiva era la ausencia de ella lo que me tenía incómodo. No es normal que yo me sienta incómodo por estar en un lugar pues tiendo a adaptarme con facilidad. Pero en estos quince días sigo sin adaptarme.
Mi mamá me preguntó que si todo estaba bien, que si había discutido con Dalia pues me veía apagado. Tengo problemas para ocultar mis estados de ánimo, si necesito llorar, lo hago y ya. Me desperté descansado, positivo y con ganas de servirle el desayuno a Dalia, por un momento pensé que ella estaba conmigo. Eso me llenó de paz, aún cuando me di cuenta de que no está aquí conmigo, sentí paz. Así que decidí acompañar a mis padres a su caminata matutina, cada paso que daba me hacía recordar las mañanas a las 05h30 en las que me iba a su casa para irnos en el mismo autobús juntos. Cuánto extraño eso. Mi vida vegana y mis largas caminatas diarias eran las que me mantenían en forma. Ahora sin ella, rodeado de personas omnívoras y sin lugar al que ir debo admitir que he subido un par de libras extra. Hasta en mi salud era ella importante, esencial. Ya no duermo por las tardes como lo solíamos hacer juntos, dormir una, dos, tres hasta cuatro horas después de clases. Amaba cada momento con ella. Esta distancia me hace amarlos aún más, pues anhelo el día en el que toda esta distancia acabe de una vez por todas.
Ese día nos dimos cuenta que tenemos un uniforme, sus zapatos con su camisa y la mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario