Ella está prácticamente trabajando. Lo único que he hecho todo el día es extrañarla, esperarla y escribirle en el cuaderno que me entregó hace exactamente 8 días. Es horrible saber que no puedo acompañarla a cosas tan importantes como su nuevo trabajo. Lo que me da paz es que sé que Dios está acompañándola todo el tiempo y la protege de todos los peligros que puedan haber en su camino.
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