lunes, 30 de abril de 2018

Cinéfilos.

Me dio por revisar mi cajón especial y encontré esa cajita donde venía un Huawei p6 blanco con el que nos tomamos un montón de fotos en nuestro inicio.
Siento como mi respiración se acelera y a la vez mi corazón se detiene al revisar todas las entradas de cine que aún guardo y notar la de la película en la que nos dimos nuestro primer beso. Recordar lo nerviosa que estaba y vos igual, recordar tus palabras diciéndome que necesitabas besarme ya justo antes de que terminara la película.

No sé qué me está pasando, ¿Hace cuánto te extraño tanto? Durante este tiempo, al estar saliendo con alguien, les comparaba con vos y el trato que me dabas y me parecía normal (aunque injusto para esas personas) puesto que vos me tratabas excepcionalmente y era evidente que esperaba lo mismo de cada persona nueva en mi vida. Pero hoy estoy saliendo con alguien que me trata igual de bien, incluso mejor ya que es de manera más madura y sana, pero te sigo extrañando, incluso más.

Después de revisar las entradas de cine, me puse a leer las pocas cartas que me diste y no pude contenerme más, empecé a llorar... y no sólo eso, comencé a temblar y sentir que me faltaba el aire, justo la misma sensación que sentí el lunes 15 de junio de 2015 a las 2pm que llegué a mi casa regresando del aeropuerto.
Recuerdo que el día anterior fuimos al cine y luego al regresar a casa quisimos tener sexo de despedida y yo no pude porque no paraba de llorar. Algo en mi interior sabía que ya nada sería igual, incluso si volvías, sabía que las cosas serían totalmente distintas y estaba muy asustada. Era totalmente co-dependiente de vos.
Recuerdo la fuerte depresión con ansiedad social que viví por meses, siendo incapaz de salir de casa a menos que fuera con mi mami o al ver a mi papi porque tenía miedo de que me pasara algo, cualquier cosa, lo que fuese que implicara salir sin vos. No quería ver a nadie, me sentía miserable y quería estarlo pues no quería ser feliz si no te tenía cerca.

Lo que no entiendo es porqué hoy, lunes 30 de abril de 2018 te sigo extrañando. La última vez que te vi fue en junio de 2016 que decidiste irte pues te rompí el corazón por segunda vez. La primera fue cuando descubriste que había estado con alguien más cuando estabas fuera del país en ese tiempo que nos habíamos dado; la segunda fue cuando (oh rayos, entonces fueron tres veces) volviste y al mes te diste cuenta que me había vuelto a estar escribiendo con él; y la tercera fue cuando te dije que te amaba pero que de pronto había descubierto que sólo me gustaban las chicas (cosa que sólo me duró año y medio).
Pero da igual no entenderlo, sólo sé que te extraño. Recuerdo una vez que íbamos en el bus y un señor antes de bajarse nos dijo «se nota que se aman, hacen una linda pareja» y lo único que íbamos haciendo era reír, y ese es sólo uno de muchos ejemplos de situaciones similares que nos pasaron.
Extraño nuestro amor, pero más que eso, nuestra amistad. Con nadie me he sentido tan cómoda como con vos, fue la mejor época de mi vida. Tenía el cuerpo que quería, no trabajaba, te tenía a vos y todo estaba bien.
Me pregunto si seguiríamos juntxs si tu familia jamás hubiese decidido emigrar y estoy casi segura que sí, no lo estoy por completo ya que no tengo manera de confirmarlo, pero estoy un 99% segura que sí, que serían ya cuatro años. También estoy segura que muy probablemente yo no habría conocido el activismo, o me habría metido a algún grupo vegano con vos y de feminismo quizás no sabría nada. Es que un movimiento cambia muestra vida totalmente.
Que mis progenitores se separaran marcó mi vida y me hizo parte de la persona que actualmente soy; la partida de mi primo no cambió nada en mi vida, excepto en dejarme mucho dolor, un trastorno de ansiedad más marcado y una colitis insoportable; pero que vos te fueras me formó totalmente como Dalia. Agradezco que te fueras por eso, pero me duele no tenerte para hablarte de todo lo que hoy soy.

Quiero ya no extrañarte, al escribir sobre vos la nostalgia decrece, me siento mal por estar con ella cuando aún te extraño, pienso que no es justo de mi parte y quizás lo mejor sería alejarme de ella y todo lo relacionado a situaciones de pareja durante un tiempo hasta que esté totalmente sana, hasta que te haya sacado por completo, pero no quiero estar sin ella. Tengo miedo a estropear las cosas con ella como lo hice con vos.
Quisiera tanto poder hablarte de lo genial que es ella conmigo y de lo mucho que me recuerda a vos.

Realmente espero estés muy feliz, que tu actual novia de quien siempre tuve una mala espinita muy a lo lejos, te haga feliz. Pero también espero que de pronto, sin ningún motivo, pensés en mí; que de pronto veas o te pase algo que te haga recordarme; que en algún momento del día pase alguna cosa y querrás contármela porque sabés que es algo que sólo vos y yo disfrutaríamos.

Ojalá un día, de la nada, decidás escribirme que querés ser mi amigo, que ya no me ves con amor romántico pero que extrañás que nos contemos todo. Aunque debo admitir que de repente se me viene la idea utópica que quizás, sólo quizás, nuestro destino es estar juntxs. Así, de acá en unos años, tal como te expresé un día que te amaba y sabía que eras el amor de mi vida pero que no era el momento apropiado pues faltaba mucho por vivir y aprender por nuestra cuenta.

Deseo que de pronto te de la curiosidad de revisar este blog y veas que he vuelto a escribir sobre vos después de tanto tiempo y que sigue siendo el mejor lugar para desahogarme, el mejor lugar para llorar y expresar todo lo que siento al no tenerte conmigo.

Te extraño.
De nuevo, perdón.

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