martes, 19 de abril de 2016

De nuevo separados (Fernando).

Se supone que cuando dos personas se aman lo más normal que hacen es luchar por mantener ese amor y enfocarse en hacerlo cada vez más grande e incondicional. Bueno, eso debería de ser siempre lo principal. A veces es necesario hacer ciertos sacrificios que a la larga valen la pena para buscar un bienestar mutuo. Supongo que ambos hemos estado haciendo las cosas bien pero para buscar nada más nuestro propio bienestar y no digo que eso no esté bien hacerlo, al contrario; es básico para poder entender a fondo el bienestar mutuo que es el que deberíamos tener como principal objetivo. Todo lo de nosotros comenzó como un lienzo en blanco. Juntos poco a poco logramos crear una imponente obra de arte que era prácticamente imposible de no admirar con los ojos del alma e imposible de no desear con muchas ganas en la vida de otras personas. Pero como en toda obra maestra siempre existen los puntos ciegos, las malas críticas provenientes de personas que de arte nada saben y los mínimos errores por parte del creador de dicha obra que nada más pueden ser retocados y no borrados tan fácilmente. Supongo que es parte de la vida que las cosas vayan de arriba a abajo todo el tiempo y que no todo permanece igual para siempre. Pues de eso se trata ser un humano, ser alguien cambiante. Nuestros puntos ciegos son nuestras enormes diferencias, somos totalmente opuestos, las malas críticas siempre están a la orden del día y nuestros errores son incontables aunque se resumen en tres palabras "alguien debe ceder".

Yo debo ya dejar de desconfiar  de ella y parar de pensar en que ella es exclusivamente mía pues Dalia es un espíritu libre y debo hacerme a la idea. Ella sabe lo que debe hacer, y repito: alguien debe ceder. Odio no poder olvidar las cosas y ya.

Juro que jamás pensé que esto nos pasaría, eramos tan perfectos, tan geniales y ahora tan sólo somos dos mortales que se ven de vez en cuando porque de alguna manera la vida nos quiere seguir manteniendo unidos aún cuando ya hemos tirado parcialmente la toalla. Extraño absolutamente todo, estoy ya cansado de este vacío que le pertenece a ella nada más. Pero quiero poder confiar de nuevo en ella, quiero poder olvidar todo lo que algún día nos destruyó y quiero ya de una vez por todas aprender a vivir feliz. Nada arreglo al escribir todo esto pues sé que ninguno va a ceder, no por el momento. Pero tampoco tengo todo el tiempo del mundo para esperar por algo que no es garantizado. Si lees esto Dalia creeme que me tardé todo tu training de este día en escribirlo, las palabras no paraban de hacer eco en mí y pues nada más espero que lo mismo pase con vos. Dentro de 2 días van a ser ya 3 meses desde que volví por vos al país.