viernes, 11 de septiembre de 2015

Día 87.

Me gusta mucho imaginarme escenas como de que alguien me preguntase sobre Fernando, el porqué estoy tan enamorada de él y qué me asegura que regresará. La respuesta es simple, pero extensa:
No existe persona que logre comprender mi complejidad, a veces ni yo me comprendo pues en lo que quiero una cosa quiero otra que es completamente contraria pero él logra equilibrarme, logra hacerme sentir que las cosas irán tomando su sentido, que se van a acomodar de la manera que deben y que él estará apoyándome mientras todo eso pase. Es el único que me hace sentir bien cuando todo me sale mal, él único que me anima a cumplir mis sueños por muy locos que sean, el único con quien puedo ser como realmente soy. Sólo él conoce cada manía mía, hasta la más extraña, como la que tengo con la yema de los dedos o las cosas que me desesperan, como escuchar la masticación de las personas.

Estoy enamorada de él porque su risa es la más rara y contagiosa que existe, porque sus ojos que apenas se ven logran mirar mi alma, porque sus manos son tan suaves para acariciarme y fuertes para cargarme, lo amo porque es quien debe se, sin pretensiones, sin mentiras, sin engaños. Él es de esos que ya no se ven, es como mi propio dragón, me encanta.

Y estoy segura que volverá por el simple hecho de que lo traigo loco, jaja... y claro, porque lo nuestro es algo que el Universo unió, dos almas creadas por Dios para amarse. Destinados a estar juntos, no hay cosa más real que Dios y e Universo, y ellos conspiraron para nosotros. Para unirnos. Para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario